Qué vergüenza

Esta es la historia que me pasó

hace una semana en Benidorm.

Estaba en la playa y salía del agua

ya que no veía mi toalla.

Me quedé mirando alrededor,

qué cabrón que ha sido el ladrón.

¡Ostras! Que no llevo ni el bañador,

se me habrá salido con el chapuzón.

Y ahora, ¿cómo vuelvo a casa? si estoy en pelota picada.

Pero ¡Qué vergüenza! Que estoy pasando con esas chicas que me están mirando.

Me metí en el agua a buscar el bañador,

pero no lo encuentro, no tengo solución.

Toda la gente se está burlando

y alguna chica me está silvando.

Salí de la playa y pisé el asfalto,

allí todos los coches me están pitando,

y yo aquí tan solo me estoy jiñando,

es una pesadilla que está pasando.

Y ahora, ¿cómo vuelvo a casa? si estoy en pelota picada.

Pero ¡Qué vergüenza! Que estoy pasando con esas chicas que me están mirando.

No sé si hacer auto stop será lo mejor,

o mirar de robar por ahí algún bañador,

o mejor un traje de colores para la ocasión,

y es que ya no aguanto más esta situación.

Y ahora, ¿cómo vuelvo a casa? si estoy en pelota picada.

Pero ¡Qué vergüenza! Que estoy pasando con esas chicas que me están mirando.